Jason Epstein, fundador de Teens Against Distracted Driving, analiza un nuevo estudio que se publicó sobre la conducción distraída
Como abogado especializado en accidentes de auto en Bellevue, uno de mis principales objetivos es prevenir las distracciones al conducir educando a los conductores, tanto jóvenes como mayores, sobre los peligros de conducir distraídos. Con el fin de abril, llega el fin de la campaña nacional de concienciación sobre las distracciones al conducir. Cuando la mayoría de las personas piensan en distraerse al conducir, piensan en usar el teléfono para hablar o enviar mensajes de texto. Sin embargo, existen muchos tipos de distracciones que pueden afectar la capacidad de un conductor para conducir un vehículo de forma segura.
El Índice de Distracción al Conducir de SmartDrive 2010 se publicó a principios de esta semana. En este estudio, el comportamiento de los conductores comerciales se evaluó principalmente a través de grabaciones de vídeo y audio de casi 35.000 conductores. Uno de los principales hallazgos del estudio es que los conductores en el top 5% en cuanto a distracciones se distrajeron el 67% del tiempo cuando realizaron una maniobra de conducción arriesgada, casi seis veces más que el resto de los conductores. El estudio también destacó las nueve distracciones más comunes. Las tres principales fueron tener un objeto en la mano, hablar por un teléfono móvil y comer o beber alimentos o bebidas. Fumar, hablar por un teléfono móvil utilizando un dispositivo de manos libres y operar un dispositivo portátil también se encontraban entre las nueve principales. Este estudio demuestra que existe una conexión muy sólida entre las distracciones y los errores fundamentales de conducción que pueden provocar colisiones.
En 2009, la conducción distraída provocó casi 5.500 muertes y 60.000 heridos. Los estudios han demostrado que conducir distraído equivale a conducir con un contenido de alcohol en sangre de 0,08, el límite legal en el estado de Washington. La conducción distraída es un problema que ha aumentado últimamente con los nuevos teléfonos inteligentes y las redes sociales. Por eso creé Teens Against Distracted Driving: para educar a los conductores más jóvenes, que tienen menos experiencia y más probabilidades de conducir distraídos, sobre los peligros adicionales que genera la conducción distraída.
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