Su sueño era difundir su amor y pasión por el fútbol a través de once países, mientras promovía una causa que amaba en su corazón. Pero las esperanzas de Richard Swanson, de 42 años, se vieron truncadas a principios de este mes cuando fue atropellado por una camioneta cerca de la ciudad de Lincoln City, Oregón.
Swanson estaba en un viaje único. Dejó su casa en Seattle en un viaje a Sao Paolo, Brasil… a pie. Su objetivo era caminar 16.000 kilómetros hasta la ciudad para llegar allí para el Mundial de 2014, mientras driblaba un balón de fútbol. Estaba recaudando dinero para la organización benéfica One World Futbol Project, que dona balones de fútbol a jugadores que viven en países en desarrollo. Acababa de ser despedido de su trabajo y decidió que debía aprovechar el suceso y el repentino tiempo libre que acababa de adquirir. Dijo en un vídeo que había grabado que “realmente necesitaba separarse”. Eso es lo que hizo Swanson. Se embarcó en su misión el 1 de mayo y llegó a Lincoln City. Allí grabó un vídeo de sí mismo en la playa, pateando su balón de fútbol.
Libertad. Eso es lo que Swanson sintió mientras estaba junto al océano. Sin embargo, eso le fue despojado cuando fue atropellado y asesinado mientras caminaba por la popular autopista 101, y su viaje llegó a un final inesperado. Sin embargo, el amor de Swanson por el deporte del fútbol sigue vivo. Nunca llegó a la Copa del Mundo de 2014, pero captó la atención del mundo gracias a su dedicación a la causa. Nuestro más sentido pésame para la familia de Swanson.